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Arde el GBA: De la lapicera de Máximo a la ambulancia de Pichetto

Dos datos conocidos de manera reciente permiten observar la situación que se dará en la discusión electoral cada vez más cercana.

La provincia de Buenos Aires mostró la tasa de mortalidad infantil más baja durante el año pasado y ello fue comunicado con lógica vehemencia por la gobernadora María Eugenia Vidal. En la misma jornada, el INdEC informó que la desocupación había alcanzado los dos dígitos después de muchos años. Y es aún más preocupante en el Gran Buenos Aires donde las personas sin trabajo llegaron al 12 por ciento de la población. Ambos guarismos son trascendentes, pero tienen una mirada diferente. Aquí se podría dar la dicotomía de lo importante frente a lo urgente. Y ello, sin dudas, tendrá un fuerte impacto a la hora de ir a las urnas.

Que no se mal entienda. La falta de trabajo es trascendental para cualquier ser humano. El trabajo es ordenador y dignificante. No tenerlo implica una situación de complejidad familiar difícil de comparar con otros problemas. Es por eso que, un guarismo de estas características opaca otro muy relevante como el de la mortalidad infantil. El problema está en lo duradero y lo más efímero.
Para recuperar fuentes de trabajo se necesita una rápida acción de cambio de rumbo en el modelo económico como primera medida, además de adaptarse a los nuevos tiempos de demanda laboral. Para bajar la mortalidad infantil se requiere algo más complejo, de lo que Argentina ha sido y es anémica: el sostenimiento de políticas a largo plazo que trascienda a los gobiernos de turno. Son temas del presente que construyen el futuro. 
Sobre esa base discurrirá la campaña polarizada que se avecina. El gobierno actual, ante los magros resultados económicos, buscará que se consideren esos pasos duraderos como el resultado de sostener en el tiempo un camino. Lo mismo querrá hacer entender en otros rubros. Atravesar este momento difícil porque se están sentando las bases de un crecimiento sólido para el futuro. ¿Alcanzará?
Del otro lado, el Frente de Todos, promete un cambio de modelo bajo la premisa de una pregunta: “¿Estás ahora mejor que antes?” Con una salvedad. Las condiciones hacia adelante son muy diferentes a las dejadas por Cristina Fernández de Kirchner el 10 de diciembre de 2015. Quizá hay que buscar allí una de las tantas razones por las cual la senadora decidió no ser ella la que encabece la fórmula presidencial. 
Toda esta descripción tiene su extensión en el Gran Buenos Aires donde, objetivamente, han mejorado los indicadores de los puntos “durables”, llámese acceso agua y cloacas, rutas y pavimentos que perdurarán en el tiempo. Pero lo urgente gana cartel. Es allí donde los indicadores económicos negativos se hacen sentir aún más.
Lo saben los intendentes peronistas y los de Juntos por el Cambio. De allí que elaboran sus estrategias. La PASO, cuestionadas en estos días por su alto costo pero sin internas partidarias, son favorables a los jefes territoriales. Les permiten tener un test antes de ir a la general. Corregir, ajustar detalles y, de ser necesario, prepara la tijera. El famoso “voto delivery”. 
Últimas definiciones
A horas del plazo para el cierre de las listas el próximo sábado 22/06, lo macro está definido. Será el momento de evaluar el aporte que hará Sergio Massa al sumarse en el espacio de CFK como candidato a diputado nacional, mismo sitio desde donde en 2013 frenó la idea de la reelección indefinida de quien ahora va en su boleta como candidata a vice. En principio, lo de Massa es cualitativo. Su suma no permite dividir. Y eso ya es mucho.
Además, reafirma que la extensión del Frente Renovador es un fenómeno de carácter, sobre todo, bonaerense. La conservación del territorio es un característica especial de los nativos en dicha provincia. Ello, muchas veces les impide la proyección a un escenario nacional. Los intendentes del conurbano son claros ejemplos de ello. 
Por ello, habrá que observar con detenimiento el cierre de las listas, pero sobre todo las seccionales. Es allí donde radica el verdadero poder de los jefes comunales y Massa lo sabe muy bien. A lo largo de estos casi cuatro años sus acuerdos en la Legislatura fueron un importante sostén para desplegar política. Y ello Vidal lo entendió a la perfección. Con un detalle: en los primeros dos años, Massa garantizó la llave de la tranquilidad. Luego del 2017 la gobernadora giró su acuerdo con los los intendentes, sobre todo en Martín Insaurralde como interlocutor preferido. Hoy todos están enfrente de ella dentro de un mismo espacio. ¿Jugarán todos a fondo con Axel Kicillof? Para eso también sirven las PASO. 
La llegada de Massa al Frente de Todos abrió un problema inesperado en los distritos que podrían capitalizar el oficialismo o Roberto Lavagna. Hay referentes del Frente Renovador molestos porque tienen que renovar bancas o buscar espacios y los intendentes peronistas no atienden sus llamados. Muchos de ellos son peronistas. Quizá formen parte, algunos, del grupo que prometió Miguel Pichetto acercar a la gobernadora en la reunión del martes pasado a la tarde. La figura del senador como candidato a vicepresidente hace más factible la migración de peronistas del conurbano a las huestes de Macri. Es más fácil de explicar. Si es que es necesario hacerlo en estos tiempos de “todos con todos”. 
Otro punto de tensión ineludible en los cierres estará dado en el PJ. Las listas requieren de lugar para varios sectores al mismo tiempo. La lapicera es de Máximo Kirchner y Wado de Pedro. Hay intendentes que ya manifiestan su enojo por lo bajo. “Están cerrados como siempre”, se escuchó en algún pasillo. Se verá. El escenario no es muy distintos al de otras oportunidades. Hay muchos aspirantes para pocos lugares. 
La elección presenta varios interrogantes en la provincia. Algunos no son muy repetidos pero habrá que tenerlos en cuenta. ¿Cómo influirá el voto de la grieta por la despenalización del aborto? En 2015 los párrocos de la iglesia católica hicieron campaña a favor de Vidal y en contra de Aníbal Fernández. Hoy hay que observar los movimientos evangélicos en el conurbano. Se abren iglesias de esos credos a un ritmo más veloz que en otros tiempos. Los tiempos de crisis ayudan a desencantados y deprimidos a encontrar un sitio donde volcarse a la Fe. Una arista del voto que, en algún sector, decantará. Sin dudas.

Nota publicada originalmente en https://www.urgente24.com/analisis/opinion/arde-el-gba-de-la-lapicera-de-maximo-la-ambulancia-de-pichetto

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