Ante los hechos que son de público conocimiento, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), expresa su gran preocupación, no sólo por el caso particular y que afecta a un niño de corta edad, sino por la aberrante práctica de la “trata de personas”, más allá de que este caso está en plena investigación y que ninguna hipótesis estaría descartada.
La trata se convierte en una moderna práctica de lo que fuera la esclavitud. Se trata de someter a la persona humana a la condición de cosa y como objeto del comercio. La dignidad humana se ve, así, denigrada a la mínima expresión; sometida la víctima a la voluntad de su apropiador.
Como iglesias evangélicas, nuestra misión es salvaguardar la integridad de todas las personas. Y así hemos trabajado y seguimos haciéndolo en tareas de difusión, concientización del tema; pero aun denunciando situaciones puntuales, cuando se dieron las circunstancias. Pero también rogamos a Dios por el pronto esclarecimiento de este caso.
De manera especial, es necesario proteger a los niños, niñas y adolescentes que están siendo el blanco fácil y directo de este verdadero flagelo, en especial los que viven en las zonas fronterizas de nuestro extenso país. Para ello son necesarias normas jurídicas adecuadas que tiendan a la protección integral, en atención al “interés superior del niño”.
Sin embargo, entendemos que es el Estado, a través de sus tres poderes, quien debe garantizar a todos los ciudadanos el respeto a sus derechos fundamentales. En este marco, hacemos un llamado a qué en este, y en todos los casos, se hagan usos de todos los recursos humanos, técnicos, jurídicos y logísticos, para evitar el funcionamiento de redes criminales de trata, y -en su caso- lograr la condena de los responsables penales.
“Habla a favor de los que no pueden hablar por sí mismos; garantiza justicia para todos los abatidos. Sí, habla a favor de los pobres e indefensos, y asegúrate de que se les haga justicia.” Proverbios 31: 8,9.