Cuando en 1997 y mediante la ley 24.786 se estableció que cada 23 de septiembre se conmemore el Día Nacional de los Derechos Políticos de la Mujer, se hizo justicia con un verdadero hito de nuestra historia: el establecimiento del voto femenino. Es precisamente en homenaje a la ley 13.010 sancionada en 1947, la que nos permite emitir nuestro sufragio, que todas las mujeres celebramos este día.
Y fue Eva Duarte, Evita, quien logró hacer realidad una larga lucha de las mujeres que tuvo en Alicia Moreau de Justo y Alfonsina Storni, algunas de sus primera impulsoras. Luego de desplegar una gran campaña para convencer a la sociedad en la necesidad de darles la misma participación democrática a las mujeres que a los hombres, Evita logró que el Congreso Nacional sancionara la ley del voto femenino. Un verdadero adelanto de las luchas por la equidad que se vendrían en Argentina y en el resto del mundo. Aquel día, miles de mujeres concurrieron por primera vez a ejercer su derecho antes vetado. Y demostraron que no la situación no les resultaba indiferente: votó el 90% del padrón femenino.
Sin embargo, este derecho de civismo básico y largamente esperado no fue gratis. Como en cada derecho conquistado por nuestro pueblo, hubo que enfrentar represión, cárcel y eternas dilaciones. Y de esto, de la demora en discutir en serio por la igualdad de posibilidades entre los géneros las mujeres sabemos un montón. Lo vemos cuando pedimos igualdad de salarios con los hombres y muchos miran para otro lado. O cuando reclamamos que no decidan por nuestro cuerpo y nos den la libertad de interrumpir voluntariamente un embarazo. O finalmente, cuando pedimos que se lleven a cabo políticas concretas para terminar con la violencia machista que arroja una víctima fatal cada 30 horas en Argentina.
El voto femenino fue un gran avance para nuestra sociedad y por eso lo vamos a celebrar con entusiasmo. El mismo entusiasmo con el que continuaremos reclamando por un país más justo, en el que las mujeres debemos jugar un rol protagónico en la toma de decisiones. Es que solo así podremos garantizar que aquel jalón en la historia de Evita y otras adelantadas no sea una pieza muerta en un almanaque y se transforme en uno más de los tantos derechos de las mujeres.
Natalia Souto -SOMOS – Barrio de Pie – Candidata a Diputada Nacional