Site icon NorteOnline

A 38 años de la recuperación de la Democracia

Nuestro país ha transitado a lo largo de su historia una gran fragilidad institucional. Interrupciones del orden democrático fueron una epidemia que padecimos desde 1930. Fue la madurez del pueblo argentino, con el liderazgo del Presidente Dr.Raul Alfonsín, definió a partir de 1983 que ” NUNCA MÁS” transitariamos otro camino que no fuera la vida en Democracia.

Volvieron a ser las urnas el medio canalizador de la voluntad popular, y el vehículo para elegir los gobernantes.

Desde hace mucho tiempo la sociedad argentina vive una situación de confrontación política, que han puesto los vínculos sociales en un peligroso estado de tensión, que se agrava con una agenda política cada vez más incierta y alejada de los problemas de la sociedad.

Debemos defender el ataque a la división de poderes, se ataca al poder judicial con gestos temerarios a jueces y fiscales para que sean apéndices del partido de gobierno. El objetivo es garantizar impunidad de las causas de corrupción pendientes y futuras.

Mucho dolor nos ha costado a los argentinos en el pasado, no reaccionar de manera contundente ante el avasallamiento de las Instituciones de la República.

La sociedad demanda un mensaje claro, firme y apegado a la tradición jurídica que establece nuestra Constitución.

Defendamos la consolidación de una República a través de la división de poderes del estado, como la forma adecuada de proteger los derechos ciudadanos de los abusos del poder.

Fortalecer las instituciones es una condición imprescindible para el desarrollo de una sociedad brindando previsibilidad, en contraste con las arbitrariedades de los liderazgos personalistas.

Creo en el sistema democrático como el único método válido para la elección y el reemplazo de los gobiernos, pero, además, profundizar el espíritu democrático en la sociedad, promoviendo los canales de participación ciudadana, boleta única de papel y ficha limpia para transparentar elecciones.

Defendamos la igualdad moral de todos los ciudadanos, donde ningún ser humano vale más que otro. Valorando las libertades esenciales de cada individuo. Que todos posean los mismos derechos y garantías establecidas en nuestra ley máxima, la Constitución Nacional, sin privilegios discrecionales .

Dijo el Presidente Dr.Raul Alfonsín ” Vamos a vivir en libertad. De eso, no quepa duda. Como tampoco debe caber duda de que esa libertad va a servir para construir, para crear, para producir, para trabajar, para reclamar justicia-toda la justicia, la de las leyes comunes y la de las leyes sociales, para sostener ideas, para organizarse en defensa de los intereses y los derechos legítimos del pueblo todo”.

A treinta y ocho años de la recuperación de la Constitucionalidad, las palabras del ilustre demócrata resuenan con absoluta vigencia.

Por Oscar Flores

Exit mobile version