Hace un año realizamos la primera conmemoración del Día Internacional de las Mujeres desde la novísima institucionalidad del Ministerio. Fue el último acto público masivo que compartimos, a los pocos días empezaron las medidas de aislamiento social preventivo obligatorio por la Covid 19.
El mundo entero empezó a vivir en modo pandemia y no fuimos la excepción. Esta realidad trastocó todos los planes de gobierno y nos puso a trabajar focalizadas en mejorar los dispositivos de atención de las violencias, en especial del ámbito doméstico y familiar, porque era justo allí donde había que quedarse para cuidarnos de la Covid-19, el lugar donde se producen un número significativo de vulneraciones y donde ocurren la inmensa mayoría de los femicidios.
No es el objetivo de estas líneas hacer un recorrido pormenorizado de las acciones que hemos desarrollado en este año de gestión. Puede verse toda esta actividad en nuestras vías de comunicación institucional, y las hemos compartido también en informes que fuimos desarrollando en conversatorios públicos.
Debo destacar un trabajo enorme, incansable, de todos los equipos. Incluso concretando acciones casi sin las herramientas que requiere la administración estatal, porque estamos justamente en proceso de construcción de la misma.
Eso no fue obstáculo para estar presentes en los 135 municipios, articular con más de 100 sindicatos y con cientos de organizaciones sociales. Además de lograr una territorialidad que no está aún expresada en nuestra nueva estructura, pero que se hace realidad porque todas las áreas se ocupan de que los proyectos, planes, programas e iniciativas lleguen a cada rincón bonaerense.
Sabemos que estamos abordando una problemática de enormes dimensiones y con deficiencias estructurales y sistémicas.
A pesar de los grandes avances en los planos de participación e igualdad que han conquistado las mujeres y disidencias, todavía el sistema patriarcal impone relaciones de género marcadas por las jerarquías y desigualdades, e incluso violencias. No hay magia ni respuestas simples.
Hoy nos encontramos con un Gobierno, tanto nacional como provincial, que están asumiendo este desafío como política de Estado, para abordarla desde todas sus dimensiones, pero también para promover la necesaria transformación social y cultural, que es posible concretarla desde una sociedad organizada y participativa, siendo parte activa.
Estamos construyendo institucionalidad pública y a la vez instituyendo nuevas prácticas porque la inclusión de la perspectiva de género en la gestión no solo supone desarrollar programas específicos, sino a la vez y sobre todo, garantizar la transversalización en el conjunto de las políticas.
Nuestro gobernador, Axel Kicillof, todos los días profundiza el compromiso con la construcción de un gobierno para las mayorías que, además de cambiar las prioridades, se hace cargo de las necesidades del pueblo bonaerense, reconoce las dificultades y propone caminos de transformación.
Vivir una vida libre de violencia, con inclusión e igualdad, es la tarea.
Por Estela Díaz – Ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires.