Por Gladys Pollan*
Se conmemora un nuevo aniversario del nacimiento de Eva Perón, figura inolvidable en nuestro país porque ella es la bandera de los derechos, y símbolo de solidaridad y de entrega en la lucha. Estas características que tanto dignifican la tarea de la política, como herramienta de cambio.
La vida de Evita se asienta en la base de poner cuerpo y alma a una causa profundamente humanista. Bajo ese ímpetu traspasó los límites partidarios, por la trascendencia de sus hechos. El primero de ellos, y que fue fundamental en el crecimiento y el futuro de la sociedad argentina, es la promoción del voto femenino en 1947.
En segundo lugar, y que tiene correlación con el suceso anterior, se destaca la creación del Partido Peronista Femenino en 1949. Proceso que corona con 23 diputadas, 6 senadoras y 77 representantes de legislaturas provinciales que llegaron a asumir sus puestos en 1951 por primera vez en la historia del país.
No obstante, también resultó de vital importancia la Fundación Eva Perón, puesta en marcha en 1948 con el objetivo de proporcionar asistencia social. Una misión que logró con creces, y que, entre sus innumerables acciones, sobresalieron: los 13.402 puestos de empleo para mujeres y los 8.726 chicos que fueron internados para su cuidado en colegios o instituciones de la Fundación entre 1948 y 1950; las 22.650 camas que tenían los 21 hospitales y policlínicos construidos por la Fundación en 11 provincias; los 2350 ancianos que fueron internados en los hogares que construyó la Fundación; las 45.324 personas que recibieron trabajo o viviendas y los 3.000.000 de libros, juguetes, máquinas de coser, bicicletas, y prendas de ropa distribuidas anualmente por la Fundación.
Conquistas de derechos que ella misma encabezó, dado que se ocupaba personalmente de cada necesidad, incluso atendiendo ella misma a la gente que llegaba de todo el país con pedidos de ayuda.
Por estas razones, marcó un antes y un después en la historia de nuestra patria. Estoy segura que en estos momentos difíciles que vive nuestro país, que para los sectores más postergados son extremos, Evita hubiese abandonado el término meritocracia, muy usado por estos tiempos, para ayudar a los más necesitados.
*Gladys Pollan – Militante Peronista