Por Micaela Espinillo*
Ya pasaron cuatro meses desde aquel 12 de diciembre, y esta gestión ya se lució con sus promesas de campaña: ¡500% de aumento de gas, 150% en la luz, y un alza del 209% en el agua! Además, no olvidemos la devaluación del peso, un 26% más bajo. Lo que mejor viene gestionando las fuerzas del cielo, es la canalización de la bronca en organización colectiva.
El pasado martes 23 de abril de 2024, nos sentimos más grandes que nunca en esa marea que recorrió provincias como Córdoba, santa fe, neuquén y muchos otros puntos del país.
Nuestra Plaza de Mayo desbordo de estudiantes de todos los niveles educativos, de trabajadores de la economía popular, estatales, privados y también de historias de generaciones enteras comprometidas con ser defensoras de la herramienta por excelencia de ascendencia social y dignificación de todo ciudadano argentino: nuestra educación pública.
Teniendo este escenario no entiendo como este gobierno puede avanzar con, cómo conceptualiza el diputado nacional Itai Hagman de Frente Patria Grande “una contra revancha antisolidaria”.
Al rey de esta jungla se le soltó un patín,
esta gestión repite un modus operandi con el que nos vamos familiarizando: señalar, denostar, deshumanizar, desfinanciar no solo pilares y servicios del Estado Argentino sino también deshumanizando a quienes llevan la tarea y distrayendo con una guerra cultural mientras desmantelan lo que construimos juntos como parte de la identidad nacional: nuestra cultura, memoria, salud, educación, servicio público, derechos laborales, soberanía …. ¿Presidente de qué país busca ser Milei? ¿De su propia ideología o de quienes vivimos en este suelo?
Al día siguiente, y con un poco de dolor en las piernas por saltar con no-extraños sino compatriotas y caminar tanto, entras a la escuela, la facu, el profesorado, sabiendo que es tuya, que contribuiste no solo en su defensa, sino también en el reclamo honesto y genuino de que nadie cae en la educación pública, uno la elige y es parte de su orgullo. Por eso queremos más oportunidades para que todos puedan entrar, que la universidad se llene de trabajadoras y trabajadores con vocación de servicio y hambre de conocimiento, en cualquier momento de su vida.
No es nuevo el reclamo ni la lucha, ¿Estaremos a la altura de los jóvenes argentinos que impulsaron el Cordobazo?
Un millón de personas en el epicentro de la ciudad, y con tantos más que sabemos que faltan, yo creo que sí. Los lazos de solidaridad en la sociedad se traducen en que aunque no tengamos un mango, tampoco tengamos miedo de salir a movilizarnos por lo que nos pertenece a cada unx y al de al lado.
Violeta Parra tiene una canción que dice:
“Que vivan los estudiantes,
jardín de nuestra alegría.
Son aves que no se asustan
de animal ni policía.
Y no les asustan las balas
ni el ladrar de la jauría.
Caramba y zamba la cosa.”
Que no se quede mi pueblo dormido, y no se quede en pensar que la esperanza es individual, violenta y descorazonada.
Tengamos la imaginación y el coraje necesario para estos tiempos, con el proposito de querer para todes Tierra, Techo y Trabajo!
*Micaela Espinillo, 21 años siendo sanfernandina, Estudiante de Ciencia Política en UNSAM y militante en el Frente Patria Grande.
Hasta que todo sea como lo soñamos!
