Por Gladys Pollán*
El 8 de marzo es un día de conmemoración y de estar todas juntas en pos de nuestros derechos.
Hoy recordamos a aquellas mujeres que en diferentes momentos de nuestra historia fueron un faro de luz como Juana Azurduy, Alicia Moreau de Justo, nuestra máxima exponente Eva Perón, quien impulsó y logró implementar el voto femenino, y con este llegaron las primeras representantes legislativas, y luego las diputadas que pudieron establecer el 30 % de participación mínima en las listas electorales, que después ascendió a un 50 %, el matrimonio igualitario, la equiparación de cargos lectivos y sindicales, el aborto libre, seguro y gratuito, la educación sexual, entre otros cometidos. A ellas quiero agregar, y hacer una mención especial para Estela de Carlotto, por la cual siento profunda admiración, porque movió cielo y tierra por la aparición de su hija en una de las épocas más oscuras de nuestro país, y que llevando adelante esa búsqueda, generó el acto maravilloso que significa recuperar 132 nietas y nietos.
Ellas fueron nuestras antecesoras, maestras y referentes para una generación de mujeres que comprendimos la lucha, y con ella el cuidado de cada una de las conquistas. Tenemos las herramientas para hacerlo, porque siempre somos las que vivimos la desigualdad y la desafiamos, las que supimos transformar el dolor en actos de amor y equidad, y principalmente ser conscientes que sólo la unidad hace a los logros.
Es unidas que debemos seguir, como lo hemos hecho hasta ahora, por lo que nos falta como más inclusión de mujeres en el mercado laboral, y en la Corte, lograr la democracia Paritaria. A su vez tenemos que bregar porque se respete la cuota alimentaria porque el 66,5% de las madres no recibe cuota alimentaria por sus hijos e hijas. Este incumplimiento de la obligación parental es una cara más de la desigualdad por motivos de género. Por eso tenemos que seguir impulsando la protección de las madres, y sus hijos e hijas, que no puedan acceder a la justicia para garantizar una prestación alimentaria básica, fijar una cuota o lograr su actualización.
Estos propósitos marcan nuestro camino futuro, el cual debemos marcarles a las mujeres que vienen en afán que lo continúen y profundicen.
* Gladys Pollán – Gerenta de Arquitectura de Aysa