Los reclamos persisten a 7 años del crimen de Chiara Páez. A siete años del primer grito de Ni Una Menos, este viernes la calle volverá a ser el lugar para la legítima demanda que no se cansa de exigir “Libres y con vida nos queremos”.
La conciencia y la visibilización sobre las violencias contra las mujeres como problemática social se profundizó, pero no disminuyeron los femicidios y la respuesta estatal sigue siendo insuficiente.
¿Dónde está el Ministerio de la Mujer? Suena muy lindo e inclusivo, pero en términos de defender a las mujeres, no ha servido para nada. Con un presupuesto millonario, que le cuesta mucho al Pueblo argentino, debe hacerse cargo de tomar las medidas para que esto no ocurra más. Está en sus manos, en sus misiones y funciones diagramar una salida. Con hilos de tweets que meten a todos los varones en la misma bolsa justificando a femicidas y violadores como víctimas de una cultura patriarcal sólo se profundiza la brecha que nos divide..
El femicida no te pregunta a quién votaste. La defensa de los derechos de la mujer debería ser un objetivo no sujeto a las guerras partidistas, sino un acto de reivindicación transversal que cuente con el apoyo de la sociedad en su conjunto. Y, sin embargo, la pretensión obsesiva de algunos sectores por llevar su lucha al terreno ideológico, ha provocado en sectores muy amplios de nuestra sociedad un evidente sentimiento de rechazo.
La prevención es fundamental, el Gobierno debe hacer un trabajo proactivo: prevenir, contener y reparar estos crímenes hoy, ahora, ya, porque cada femicidio es evitable, es posible intervenir antes.
Incluso cuando una mujer tiene la valentía de hacer la denuncia, (y hablo de valentía porque una vez que el agresor se entera que lo denunciaste corrés un riesgo aún mayor), el Estado no llega a protegerla. Para que una chica después de 10 denuncias no termine asesinada, hay que prestarle atención a la primera. Las fuerzas de seguridad necesitan más formación en perspectiva de género. Y las leyes se deben aplicar de verdad, con máxima rigurosidad.
Necesitamos seguir profundizando en políticas que transformen la realidad, y no alcanza con pedir una sociedad más igualitaria, porque eso sigue reforzando la aceptación de la desigualdad, las mujeres no somos una minoría, no nos traten como si lo fuéramos. Las mujeres reclamamos y merecemos una sociedad igualitaria.
No podemos permitir que la lista siga creciendo. No queremos fotos, ni más bancos rojos, no queremos tener que salir a la calle a pedir justicia, queremos salir tranquilas a la calle.
Por Rosalía Fucello – Concejal Juntos San Isidro