Como en todas las vertientes cristianas, en las congregaciones evangélicas se celebra con mucho énfasis y recogimiento “la Pascua de resurrección” (es así como la mayoría la llama), en la cual se leen muchos pasajes del Antiguo testamento de la Biblia (La sagrada escritura) para dar base de la razón de esta celebración que se originó en el pueblo Judío que estuvo 430 años esclavo en Egipto, luego se predica el énfasis trascendental que Jesús le dio a la misma en un nuevo pacto usando dos elementos sagrados representados por el pan y el vino. En algunos lugares se lava los pies a los ayudantes más cercanos y personas seleccionadas por los responsables de la congregación, es decir sus Obispos, Pastores o Apóstoles (Jesús hizo eso con sus discípulos), se da lectura a pasajes de los evangelios de la noche que nuestro Señor fue entregado para morir en la Cruz del monte Calvario previo a sufrir un terrible castigo y el ser vituperado y maltratado a lo sumo. Al final de estas reuniones especiales, ya en el domingo, se enfatiza la “resurrección de Jesucristo” y su legado de la vida eterna, pues para los cristianos evangélicos, así como Cristo resucitó de entre los muertos, todos los que creen en él tendrán esa misma resurrección, esto es denominado “La divina esperanza”. A diferencia de los católicos, Jesús no muere año tras año resucitando en Pascua, sino lo que más se exalta es que él dejó una tumba vacía y vive para siempre, es por eso que las Iglesias evangélicas no tienen crucifijos sino cruces vacías. Se cantan muchos himnos y canciones que hablan sobre el sacrificio de la Cruz y de la resurrección, en algunas congregaciones se realizan cruzadas especiales al aire libre u obras teatrales alusivas. No se ayuna el viernes comiendo pescado, el ayuno de los evangélicos tiene otro sentido interior. Se celebra la Santa Cena o Cena del Señor y todos los miembros de la comunidad se bendicen mutuamente unos a los otros dándose la paz de Dios y un ósculo santo.
Dr. Hugo Solis
El Dr. Hugo Solís es actualmente Pastor Presbítero del Concilio Internacional de Iglesias Pentecostales de Jesús que posee en la actualidad alrededor de 2000 congregaciónes en 133 países, fue distinguido en año 2007 como Embajador de la paz por la ONU