Hoy a 171 años recordamos con otro nuevo aniversario el fallecimiento del Gral. Don José Francisco de San Martín, Padre de la Patria. Sabemos de su carrera militar y política, que es el libertador de Argentina, Chile y Perú, y figura trascendental junto a Simón Bolívar de las guerras de independencia hispanoamericanas. Creador de la Logia Lautaro, del Regimiento de Granaderos a Caballos quienes como recién instituidos intervienen en la reconocida batalla de San Lorenzo cuya acción triunfante fue la de frenar la avanzada de los realistas y que por ese resultado, asume el rol de Jefe del Ejército del Norte, después de las derrotas que sufriera el Gral. Belgrano, también crea el Ejercito de los Andes, siendo el más importante cuerpo militar de las provincias del Rio de la Plata, y con el que da inicio a la inmensa proeza el 12 de enero de 1817cuando emprende camino a Chile, el valeroso cruce de los Andes.
Más allá de haber hecho una breve descripción en la introducción de las que fueron las heroicas e innumerables acciones del auténtico líder y prócer que fue. Me interesa compartir en estas líneas y en el contexto de siglo XXI que nos toca transitar, y que justamente a 196 años después, lo que fue el gran anhelo de San Martin en el año 1825 con su legado intelectual y ejemplo de vida que plasmó en los consejos para la educación de su hija Merceditas y en lo que tiempo después se convertirían en las 12 máximas que se proyectarían como ideario en la construcción de una Patria libre y soberana, y que no fue otra cosa que de manera clara y concisa, proporcionar las prioridades y los valores que San Martin le dio al amor, al respeto, a la verdad, a la confianza, a la solidaridad, al cuidado personal, al culto por la amistad, al distinguido comportamiento social, además de destacar el patriotismo y la ansiada Libertad.
Los concejos fueron los siguientes:
1. Humanizar el carácter y hacerlo sensible aún con los insectos que nos perjudican. Stern ha dicho a una mosca abriéndole la ventana para que saliese: “Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos”.
2. Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.
3. Inspirarle una gran confianza y amistad, pero unida al respeto.
4. Estimular en Mercedes la caridad con los pobres.
5. Respeto sobre la propiedad ajena.
6. Acostumbrarla a guardar un secreto.
7. Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.
8. Dulzura con los criados, pobres y viejos.
9. Que hable poco y lo preciso.
10. Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
11. Amor al aseo y desprecio al lujo.
12. Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.
Por lo tanto, considero que a modo de rendir un verdadero y sentido homenaje revalorando y reafirmando como todos los años su hidalguía, para la veces que en profundidad releamos cada una de estas máximas desearía que se nos haga más efectivo y vivo ese mandato de alto contenido patriótico, que nos permita tomar una importante y responsable conciencia en saber que más allá del tiempo trascurrido y el que hoy, en la realidad nos toca transitar en nuestras respectivas existencias, entre aciertos y desaciertos sociales, políticos y económicos de los cuales, más temprano que tarde serán historia en la próximas generaciones, es de, un deber cívico proclamar estas máximas más que nunca con ese valor, esa fuerza y esa entereza inigualable con los que San Martin nos legó y al considerarlas así tan presentes, desde las más de las mínimas, a las más de las máximas de las acciones que nos propongamos a diario y de manera individual o colectiva, llevarlas bien en lo alto, al igual que nuestra querida bandera y batallar fuertemente, porque cuando se trate nada más ni nada menos que, de defender nuestras conquistas, derechos, oportunidades e igualdades, las haremos valer hoy y siempre con, y para todas, todes y todos.
“Si hay victoria en vencer al enemigo, la hay mayor cuando el hombre se vence a sí mismo” Gral. Don José de San Martin
Viva La Patria. ¡Viva Argentina!
Por Sandra Rossi – Politóloga Precandidta a concejal en Tigre por el Frente Todos