Sin embargo el proceso de construcción colectiva que se fue gestando en nuestra patria es tan valioso y significativo cómo el mismo día donde se dio lugar a ese grito de libertad.
Fueron momentos de profundos debates, intrigas y revoluciones. El contexto donde todo esto ocurría era complejo, pensar en ser independientes de España requería de un valor que iba más allá de la expresión de deseo. Más aún cuando cuando el Rey Fernando VII se dispondría a recuperar todos los territorios americanos donde los movimientos independentistas comenzaban a gestarse.
Quizás pensando en los cientos de patriotas que fueron protagonistas y en la figura de San Martín cómo un líder dispuesto a llevar a adelante la proeza más importante que cambiaria el rumbo de la historia, no podemos dejar de preguntarnos y al mismo tiempo comprometernos con este momento histórico ¿ Ponernos la patria al hombro un desafío de todos?. Frente a dicha pregunta seguramente se nos abren varios interrogantes, dudas, afirmaciones y hasta el sueño de querer ser parte de este desafío.
Hoy la patria sufre, porque miles de ciudadanos también están sufriendo. Sin dudas, esta misma tierra que nació al calor del esfuerzo y el coraje de su pueblo, hoy necesita del compromiso de todos para revertir la indiferencia que generan las políticas que lleva adelante este gobierno, que ponen en jaque la soberanía y debilitan la independencia de un pueblo que se dispone a ir por nuevas conquistas. Cuando el empleo se pone en juego, la industria cae de manera estrepitosa, la canasta básica de alimentos parece lejana para millones de argentinos, los jubilados no pueden disfrutar de su derecho adquirido de haber dado todo, los niños no gozan de buena alimentación, donde los jóvenes no acceden al mundo del trabajo y las mujeres que siguen al pie del cañón para ganar cada centímetro en un plano de igualdad, en definitiva se esta poniendo en juego el principio de libertad y dignidad humana. Revertir esto es imposible sino hay un Estado que construya puentes y no muros como vemos a diario con tan solo caminar la calle, las escuelas, la industria, el comercio o simplemente con esperar una noche de frío.
Es momento de abrazar la patria como lo hicieron los criollos, eso no implica perder la identidad, ni mucho menos no debatir las diferencias, más bien es asumir el desafío de defender la independencia que supimos construir frente a la fragilidad en la que se encuentra la sociedad hoy producto de la ausencia del estado, el histórico endeudamiento y la liviandad en el manejo de los recursos minerales, que representan el mayor activo para las próximas generaciones.
Desde nuestra perspectiva sin ninguna duda, es momento para que encaremos los desafíos, abracemos los sueños y escribamos una nueva página de la historia argentina donde todos estemos incluidos.
En fin, es la hora del pueblo…
Javier Forlenza – Concejal Unidad Ciudadana Tigre
