Hoy se conmemora el Día Mundial de la Justicia Social. En nuestro país, este concepto tiene muchas acepciones y, lamentablemente, hay pruebas de sobra de las veces que ha sido mal utilizado por los dirigentes políticos, sindicales y hasta sociales con el solo objetivo de obtener beneficios particulares.
En el nombre de la Justicia Social se han cometido grandes injusticias. La Matanza, lugar donde vivo y que amo, es una muestra clara de ello. Gobernado durante décadas por un partido que se enorgullece de sus políticas de justicia social pero que, en la práctica, no ha resuelto la pobreza, la falta de acceso a servicios básicos, la inseguridad, la informalidad laboral y todos los problemas que hacen que hoy sea un distrito profundamente injusto en términos sociales.
La justicia social es el objetivo que nos marca hacia dónde queremos ir; es trabajo, es salud, es educación, es dignidad. No es un concepto que viva dentro de un espacio político y no es propiedad de nadie. Es un modo de vida que nos une como país y, junto con los conceptos de república y de democracia, generan una trinidad única en este mundo.
Por eso hoy, que estamos pasando momentos duros, les pido a cada uno y una de ustedes que fortalezcamos la esperanza y trabajemos unidos para lograr una distribución más equitativa no solo de los recursos económicos sino también de los recursos que nos hagan dignos y humanos.
Lo logramos con el regreso a las aulas, regreso al que tanto se oponían el gobierno nacional y provincial. Juntos, haciéndonos oír y pensando en nuestro futuro, hicimos uno de los actos de justicia social más importantes que hayamos tenido en este último tiempo: que los chicos puedan acceder a su derecho de educarse.
En La Matanza, y junto a muchos de otras partes del país, ya hemos demostrado que hasta en los lugares más injustos se puede sembrar y florecer esta justicia en cada hogar. La clave está en hacerlo juntos.
Por Toty Flores – Diputado Nacional