Hermes, dios griego, mensajero, de las fronteras y los viajeros que las cruzan, del ingenio, de la astucia, de los ladrones y los mentirosos, y el que guía las almas al inframundo. De astutos pensamientos, ladrón, cuatrero de bueyes, jefe de los sueños, espía nocturno, guardián de las puertas.
Todos los días, la estabilidad y la calidad de las instituciones de gobierno, las alianzas, el trato de unos y otros, el compromiso básico con los principios científicos y la decencia mínima que esperamos de nuestros líderes definen el bienestar y malestar de cada uno, de todos, en la Nación. Esto se define, se construye, se disuelve, en la política
Para orientarse es recomendable recurrir a Némesis (Memoria) que es la madre de las musas y quien orienta el entramado de los temas políticos y sociales en su sentido más fuerte. Cultivar el recuerdo por regla, y compartirlo, pone a una sociedad en contacto con su propio pasado. Con lo propio, impropio, de hoy.
El acto político en democracia es expuesto, es público, y por lo tanto solicita un entendimiento comprometido y responsable de su ejecución en tiempo y forma.
En los años de Trumpismo, los líderes autoritarios de todo el mundo – ¿guiados por Hermes? – se han envalentonado, saben que son más libres para asesinar, envenenar, encarcelar, torturar, censurar y endeudar a quien quieran o no querían, sin reproches de los gobiernos “lideres” de occidente, siempre y cuando compren sus armas y endeuden a los pueblos.
En Argentina, y en democracia, hemos tenido un presidente sin vergüenza, respaldado por ricos sin escrúpulos, y amplificado por una cadena de comunicación sin integridad, con un Periodismo donde algunos hacen grieta de cada fisura de la conciencia individual y colectiva. Entre ellos, aun hoy, van construyendo una temporalidad espuria. Una instantaneidad sin memoria ni esperanza para el conjunto de habitantes del país.
Para mantener sus negociados oscuros, buscan por acción y omisión producir alto impacto en mostrar meritocráticos fragmentos de la vida cotidiana, como manera de perturbar la realidad compartida. Su dinámica es la inflación y la devaluación de la “realidad” informativa, económica, social y espiritual de las mayorías para beneficiar los intereses corporativos minoritarios.
Tuvimos un presidente que no aprecio las normas que dan significado a nuestra Constitución, no respeto a la justicia ni a los científicos, no tuvo vocación de unir, ni de reunir a todos los trabajadores; que le importo ganar, solo ganar solo. Y quiso imponer su ideología y sus negocios sobre el bien común que dicta la Constitución. Ahora busca impunidad y romper la democracia
Y cuando hay grieta, la justicia, en la mayoría de los tribunales, solo favorece a los ricos, y la Argentina se oscurece. Se fuerza a que los ciudadanos, dejen de creer que hay algún lugar para confiar en la verdad política, que las palabras dichas tienen significado.
La experiencia y la esperanza -pasado y futuro- dicen que cada problema tiene solución. Es importante para aquellos que buscan inspiración en políticos y en la política, tengan un punto de referencia amplio, para participar en las transformaciones necesarias en una Argentina digna. Lo dice el preámbulo constitucional. Para Platón un verdadero adulto es alguien cuyo discurso cotidiano trata de las leyes y la política de su ciudad.
Los gobiernos neoliberales militares y los de Menen, Rúa y Macri, han colaborado fuertemente en destruir el valor del trabajo, las normas y costumbres, y al hacerlo, erosionaron nuestra confianza en las instituciones cuya reputación ya estaba en declive. Estos “lideres” promovieron vivir en un estado que “derrama” nihilismo y corrupción desde lo más alto.
Seguimos en estado de riesgo de perder el sentido democrático, de propósito altruista y moral, con voluntad colectiva de hacer lo que es decente y correcto y valorar la presencia del Otro.
Ciertos ricos siguen pensando que las reglas no se aplican a ellos, y con una caterva de cómplices judiciales estafadores del Estado y la Patria, han estado consagrados a la codicia, cubriendo sus fechorías con las desigualdades en las sentencias judiciales, las disparidades en los desalojos, la brutalidad policial, la evasión de impuestos, el lavado de dinero, etc.
La política es la respuesta, bajo presión, de la puesta en acto en cumplir una promesa transformadora, y hacerlo con responsabilidad social, espiritual, moral, política.
El pueblo argentino, nos merecemos un presente constructivo para tener pasado y futuro digno ¿estamos en esta tarea democrática y republicana?
Por Ricardo Arias – José Manuel Grima – Agrupación Sudeste – primavera 2020