Es una tarde soleada y calurosa, parece de verano. En el medio de la plaza, unas 300 personas cortan la monotonía típica del domingo de una manera alegre y particular: bailando rock and roll. Suena furioso en el aire “Seventh Son”, clásico de Johnny Rivers, y los bailarines despliegan por la pista sus fintas con gracia y desparpajo.
La actividad que los reúne es “Rock and Roll al aire libre”, una iniciativa creada por un grupo de vecinos apasionados por este género que cuenta con el apoyo del Municipio de San Isidro, para que puedan bailar este ritmo tan popular en las décadas del 50 y del 60, que sigue dando batalla. Se realiza los primeros domingos de cada mes, a partir de las 14:00, en la Plaza Belgrano de Villa Adelina (Céspedes y Dean Funes).
“Buscamos que todos los espacios públicos y plazas sean un lugar de encuentro para las familias. Esta idea de bailar rock nació de los vecinos de esta zona que nos acercaron la propuesta y desde el municipio los acompañamos para que se diviertan sanamente. Está bárbaro porque se reúnen distintas generaciones: niños, adolescentes, adultos y adultos mayores”, expresa el intendente Gustavo Posse.
Y remarca: “Nuestra gestión se caracteriza por escuchar a los vecinos y por articular con ellos. Nos gusta que traigan nuevas ideas y propuestas”.
Durante cada domingo, el inolvidable ritmo de los años 50 revive en las clases donde se enseñan sus pasos. El rock suena en sus diferentes estilos: doo wop, rhythm and blues, hillbilly, blues, country y wester, hard y twist.
Jorge Sarubbi, vecino de Boulogne, uno de los creadores de esta iniciativa y DJ encargado de musicalizar la tarde del domingo -el baile arranca a las 14:00 y termina a las 19:00- cuenta: “En un principio estaba la familia rockera, pero ahora es impresionante la cantidad de gente que viene de todas partes del conurbano. Hay familias enteras que no sólo bailan, sino que escuchan buena música, y pasan un momento agradable. Todo esto se logró gracias al municipio que nos permite utilizar esta hermosa plaza, que es segura, iluminada y que tiene infinidad de propuestas para todas las edades”.
La clase y el baile duran cinco horas, pero la música no deja de sonar hasta que la última pareja abandona la pista. Duplas mixtas y del mismo sexo se forman después de la lección para demostrar los frutos de lo enseñado.
“La propuesta es maravillosa, esto ya se transformó en un clásico y espero que nunca se termine. Aquí volví a encontrar a gente que no veía desde hace 30 o 40 años, y nos unió el baile. Ojalá que se siga haciendo por mucho tiempo”, señala Ricardo Silveira, oriundo de Boulogne.
En la pista, las parejas danzan al son de un tema de Credence. Hombres y mujeres de todas las edades se mueven tomados de la mano. Aquí y allá alguna pirueta, o un giro clásicamente rockanrolero. “Venimos siempre, acá te olvidás de todo, es una buena terapia. Lo que hace San Isidro, el hecho de brindar un lugar para que podamos bailar tendrían que replicarlo otros distritos”, comenta Alejandra de Villa Adelina.
Mientras descansaba con un grupo de amigos, Domingo que se vino desde San Martín, completa: “Está buenísimo que podamos bailar en un espacio público y que sea gratuito y accesible para todos. Yo bailo desde los años 60, me apasiona el rock and roll y esta propuesta me revivió”.