Resumiendo, sin voto y sin voz. Resumiendo que se pasa el arroz.

Análisis del primer debate de los candidatos presidenciales,

Analizando el Debate de los candidatos presidenciales, realizado el pasado Domingo 13 de Octubre del corriente, en la provincia de Santa Fé, pudo observarse, de manera sutil, la resignación del actual candidato oficialista, el Ing. Mauricio Macri, a desarrollar y enunciar ideas y mensajes destinados a “retener” o consolidar a sus votantes más fieles (es decir aquellos que portan una mayor propensión ideológica a votarlo, independientemente de los resultados económicos que su gobierno logre). El presidente jamás aludió o se refierió hacia asuntos tales como (a ser aplicados en un hipotético segundo mandato, claro está):

·         Incremento del Salario Real
·         Fortalecimiento del Mercado Interno
·         Créditos a tasa subsidiada para Pymes
·         Reformulación del sistema de tarifas dolarizadas para los servicios públicos
·         Elevación a rango “ministerial” de la Secretaría de Salud
·         Políticas de Empoderamiento de la mujer en cuanto actor político y social
·         Ampliación de Derechos Sociales
·         Incremento de Jubilaciones y subsidio del 100% de los medicamentos
Es decir el presidente no intentó convencer, o cautivar a gran parte del electorado que “no lo votó” y simpatiza con dichas ideas, y por sobre todo cree, que con las mismas, el país puede recuperar una senda de crecimiento y desarrollo. Desde el análisis que realizamos en Norteonline ello no implica que el Ing. Macri que no sea consciente de dicha realidad, más bien creemos que el gobierno se ha rendido a garantizarse el 30% de votantes que lo han acompañado, a fines de ser el primer “bloque o espacio” de oposición, respecto a los 4 años sub-siguientes. Asimismo, si “CAMBIEMOS” lograse un mayor porcentaje de votantes, el liderazgo de “Mauricio” (como lo llaman en su partido) no se vería dañado, inclusive podría fortalecerse, teniendo capacidad de veto respecto al futuro del PRO y sus aliados. Es decir, toda decisión y candidatura futura debería contar con su aval. Por otra parte, y allí radicaría, a nuestro humilde juicio, la mayor inteligencia, el “PRO” no permitiría que otro espacio político ocupe el espectro de “centro-derecha” que como hemos visto, no es despreciable en nuestro país, pues representa, actualmente, un “piso” del 30% de los electores. Ese error estratégico que cometió la UCR, luego de la implosión del gobierno de De la Rúa, y que permitió la germinación y crecimiento del PRO, es lo que pretende evitar, dicho partido de nacimiento porteño.
Respecto al candidato Fernández, su moderación resulta por demás entendible. La misma se basa en la necesidad de lograr la mayor cantidad de votos posibles, lo cual solo se logra desde el centro del espectro político, es decir, en un pensamiento equidistante de los extremos de “derecha e izquierda” (Espert, Gómez Centurión y Nicolás del Caño). Ello no solo le garantiza pleno poder tanto en el Senado como en la cámara de Diputados, y así poder gobernar con “tranquilidad y eficiencia” sino que le permite comenzar a generar “sus votos propios”. Recuerde el lector que Cristina Kirchner poseía, antes de candidatearse a vice-presidente, un 30% de intención de voto. Todo sufragio que incremente dicho porcentaje, será computado por Alberto Fernández y su “espacio” (PJ tradicional más los Gobernadores y Sindicatos “grandes”) como voto propio. Sobre dicha base de sustentación, el probable presidente de la República Argentina a partir de diciembre del corriente año, intentará desarrollar su identidad partidaria, su “relación personal” con sus seguidores o votantes. Un “líder” que se precie como tal, deberá generar un vínculo emocional con aquellos que lo apoyan. Sumado a lo anteriormente dicho, la moderación demostrada por el candidato del Frente de Todos, parece demostrar una considerable consciencia del contexto en el cual se asumirá el poder y sobre qué tipo de sociedad deberán aplicarse las políticas que resulten necesarias, y por sobre todo, “posibles” para lograr re-encausar el crecimiento. Como dice Fernández, él ya estuvo allí. Promete bajar la inflación, pero no se compromete con plazos ni “magnitudes de reducción”. Enuncia que reactivará el empleo y el mercado interno, pero sin detallar tasas de crecimiento anuales. Propone un “dólar competitivo” que proteja el mercado interno y estimule las exportaciones pero no declara cual será su nivel. En fin, su estrategia pareciera ser la de evitar generar falsas expectativas que luego puedan serle reprochadas por sus propios votantes. La moderación no solo ensancha su base de votantes, sino que le evita futuros reclamos por “promesas incumplidas” (algo que al Ing. Macri se le ha resaltado con mayor vehemencia según va incumpliendo sus promesas de origen cuantitativo), a la vez que logra aglutinar y coordinar a diferentes actores sociales cuyos intereses y necesidades pueden y suelen ser contradictorias. El candidato a suceder a Macri dijo:
·         “Seré ortodoxo cuando tenga serlo, y seré heterodoxo cuando deba serlo”
¿Acaso hay mayor moderación que esta?
“Resumiendo, esto no es un arreglo floral por tu santo…” reza la canción en una de sus estrofas.

brickel

Por Ezequiel Haedo