La significancia histórica de tener en la memoria de nuestra Patria al pueblo trabajador pidiendo por la libertad de Juan Domingo Perón tiene causas evidentes.
La adquisición de los derechos sociales y laborales exigidos mediante años de lucha por todos aquellos trabajadores organizados de modo sindical e influenciados por la idiosincrasia europeísta tiene en Argentina como protagonista al Justicialismo.
La justicia social tiene un rol fundamental en la concepción de quienes militamos por un mundo mejor del que recibimos. Hoy que escuchamos en los medios a muchos gurúes económicos exigiendo más ajuste queriendo revivir el neoliberalismo (liberalismo económico global) noventista dictado desde la OMC, el Banco Mundial y el FMI, es vital repasar esto.
Existe en la Argentina actualmente una militancia de la “libertad” que se reduce a la defensa del poder económico, que se despega de las políticas de ajuste y destrucción estatal de Cambiemos; de la quita de subsidios tarifarios de primera necesidad a los ciudadanos y empresas; y de la liberalización financiera, como si no las hubieran impulsado y ejecutado ellos mismos. Beneficiándose también a sí mismos por supuesto.
Pero pocas veces esta corriente de pensamiento se ocupa de la libertad de todo aquel que depende de su ingreso salarial o comercial de mediana a baja escala.
La fuerte política estatal del justicialismo logró que el pueblo argentino en su totalidad tuviera la “libertad” de acceder a trabajo digno, salud, educación y cultura. Cuando San Martín y Belgrano, entre otros, luchaban por la libertad y la independencia de Sudamérica, difícilmente se referían a la “libertad” de destruir la vida del pueblo como proponen los neoliberales quitando absolutamente todos los derechos que tanto costó conseguir a los largo de nuestra corta historia.
Es imposible enumerar estas conquistas sin extenderme demasiado, pero concretamente, fue el movimiento justicialista, un nacionalismo solidario y virtuoso (ni xenófobo ni fascista) el que logró articular la rentabilidad del sector privado con el bienestar de los trabajadores mediante la intervención estatal.
Perón, sin prometer “pobreza cero”, ni grandes campañas de mentiras y marketing como las que tenemos hoy, hizo realidad que los trabajadores tuvieran vacaciones, aguinaldo, indemnización, acceso a la universidad pública, jubilación, pensión, ley de accidentes de trabajo y un amplísimo abanico de derechos que transformaría el concepto de trabajo y dignidad para siempre. Por eso es tan difícil volver a someter a los argentinos, saben que se puede vivir mejor.
Todo esto es perfectamente compatible con la impronta emprendedora de los empresarios nuestra Patria, que existe en gran parte al fortalecimiento del mercado y consumo interno de la política económica justicialista.
Como todos los 17 de octubre, es importante llevar presente el espíritu de defensa y lealtad al pueblo trabajador por sobre cualquier interés individualista u oligárquico de quienes buscan recuperar los privilegios que Macri tanto se esfuerza en restituir.
Una disputa de poder en la que de un lado se pretende diezmar a un grupo de individuos, mientras que del otro, lo que se busca es emparejar las posibilidades que de obtienen del esfuerzo para impulsar la dignidad de todos.
Por Lucas Gianella – Concejal Unidad Ciudadana Tigre – Kolina