9J – La independencia se construye con los pies en el barro

Se cumple un nuevo aniversario de aquella gesta libertaria que en la segunda década del Siglo XIX selló en Tucumán su primera victoria institucional. Allí se escribió por vez primera que éramos “independientes de España y de toda otra potencia extranjera”.

Esa afirmación, tiene hoy una enorme fuerza y encierra también un mandato que debemos defender como lo hicieron los padres fundadores de nuestra Patria, San Martín y Belgrano, en todos los ámbitos donde actuaron: siempre organizando al pueblo. Porque las marcas coloniales de entonces, siguen presentes en la actualidad, persisten de modo solapado y amenazan permanentemente nuestra independencia.

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Las nociones de Nación, Patria, Pueblo son significantes que nos atraviesan, conforman nuestra identidad y, están siempre en disputa.

Así fue a lo largo de los siglos. En el XIX, con el modelo primario exportador, las luchas populares se centraron en conseguir mayores grados de participación política. Y sin embargo las elites gobernantes, la oligarquía siempre alejada de los proyectos populares, endeudaba a la Patria sometiéndola a los intereses foráneos.

Fue en la segunda mitad del Siglo XX que el Movimiento Peronista construyó las herramientas de participación sustantiva de la mano de la independencia económica, la soberanía política y la justicia social.

Los días más felices fueron aquellos: los de las multitudes argentinas gozando de plenos derechos, los de la niñez protegida y la ancianidad cuidada. Los de las trabajadoras y los trabajadores en las fábricas, con plenos derechos y desplegando su organización comunitaria y solidaria.

Las conquistas populares, lo sabemos bien, siempre tienen detractores con mezquinos intereses. Y cada vez que nos arrebataron la alegría, aquel legado sedimentado en prácticas comunitarias, resistentes, solidarias, florecieron con más fuerza que nunca. Así fue en 2003 con Néstor y en 2019 con Alberto y con Cristina.

¿Qué significa hoy ser independientes bajo el dominio del capital financiero?

Son enormes las dificultades que debemos sortear. La Alianza Cambiemos, que gobernó el país de 2015 a 2019, nos sometió a una deuda fraudulenta, amenazando nuestras posibilidades de crecimiento y desarrollo. A esa situación calamitosa se sumó la pandemia mundial.

Los Movimientos Sociales llevamos años de lucha por nuestro derecho a la Tierra, el Techo y el Trabajo y estamos comprometidos en esa reconstrucción. La institucionalización de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) permitió además de visibilizar una enorme cantidad de trabajadores y trabajadoras que se inventan el trabajo día a día, tener un Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular (RENATEP). Estos institutos nacieron para fortalecer la organización popular porque NO queremos subsidios sino trabajo genuino.

Sabemos que no basta con redistribuir los ingresos, sino que es necesario construir poder popular.

Una de las expresiones de ese poder popular es la respuesta política de los Movimientos Sociales, que en cada barrio organizan las tareas del cuidado comunitaria y solidariamente.  Ese es nuestro mejor antídoto para combatir la hegemonía del poder real. Nuestra herramienta la organización para lograr que cada vez haya más participación popular para resolver los problemas.

Esa solidaridad es la que rescató el papa Francisco cuando ponderó la necesidad de alentar la “cultura de la solidaridad y no la del descarte”. Dijo “La solidaridad en su sentido más hondo es hacer historia. Y esto es lo que hacen los Movimientos Populares”.

Los Movimientos Sociales tomamos su palabra porque nos ilumina como un faro.

Por eso ser independientes hoy es pensar y actuar en términos de comunidad, priorizar la vida de todos, sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos. Es luchar contra las causas estructurales de la pobreza. La desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y vivienda.

Luchar contra la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del imperio del dinero.

En ese camino estamos los Movimientos Sociales.

Por Patricia Cubría- Diputada Provincial