9J – Independencia para construir una Argentina para todos y todas

A 205 años de que se proclamara nuestra independencia la gesta histórica se resignifica y revitaliza. Porque hablar de independencia no es una abstracción. Es construir día a día una idea de país que le garantice a cada argentino y argentina, y a aquellos que decidieron adoptar este país como propio, sentirse libres y dignos en nuestro territorio. Aquel momento en el que los patriotas reunidos en Tucumán firmaron el acta que nos declaraba libres sería solo una postal desteñida si no estamos a la altura ante los desafíos que la historia nos propone a nosotros como dirigentes.

Vivimos en un país extenso, en el que la mayor concentración de la población se da en torno a los grandes centros urbanos generándose un desequilibrio que impacta de forma directa en nuestra vida cotidiana. Este dato demográfico sumado a políticas que priorizaron durante años la concentración económica generaron niveles de pobreza estructural que necesitamos combatir sin descanso. La pandemia por COVID-19 profundizó la crisis y nos obligó a replantear el camino a seguir para poder llegar con la urgencia necesaria a los compatriotas que más están sufriendo.

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Así avanzamos en una política integral con el Plan Argentina contra el hambre. Para que en cada hogar de la Argentina no falte nunca un plato de comida. Durante el año pasado, el Gobierno destinó recursos para contener a los más necesitados evitando así una crisis social sin precedentes. Y ante la segunda ola, también fue el Estado el que contuvo con políticas públicas mientras avanzaba el plan de vacunación que de a poco nos permitirá ingresar en la llamada nueva normalidad.

Pero sabemos que tenemos otro desafío: transformar los planes sociales en trabajo. Y en eso también estamos trabajando desde el primer día de nuestra gestión al frente del Ministerio. Lo hacemos porque pensamos que solo desde la cultura del trabajo y con la educación como base vamos a poder generar las condiciones necesarias para poder reconstruir la Argentina. Y para eso tenemos que ser inteligentes, comprender que el mundo del trabajo necesita cada vez más formación tecnológica pero también que, en países como el nuestro, la mano de obra intensiva es la clave para crear ciento de miles de puestos de trabajo para hombres y mujeres que durante mucho tiempo solo fueron un número en la estadística de la desocupación.

La urbanización de los 4400 barrios populares que tiene la Argentina está íntimamente relacionada con esto. Porque no es solo una política destinada a garantizar el acceso a los servicios básicos, sino también se trata de un plan de empleo gestionado desde el Estado con la posibilidad de devolverle la cultura del trabajo a muchas familias, pero también de formar a hombres y mujeres en oficios que puedan sostenerse en el tiempo.  

La Patria nos pide el compromiso para atender cada día los problemas que aquejan a los argentinos y las argentinas. Y en días como hoy tenemos que ser conscientes de que ese compromiso es un deber histórico. Como el de aquellos patriotas de 1816, hagamos de nuestra función pública una herramienta al servicio de reconstruir la Argentina. Sigamos construyendo juntos un país para todos y todas.

Por Daniel Arroyo – Ministro de Desarrollo Social de la Nación