+95 o2: La matemática de la vida o de la muerte.

La estabilidad o no del ser humano, en sus funciones vitales es un factor simple que determina el fin de la vida.

Cada uno de nosotros desde antes de nacer estamos regidos por la matemática y las probabilidades. Esos números están desde antes de ser personas. Días de ovulación, cantidad de espermatozoides, días de gestación, años de vida, pulsaciones….

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Luego cada quien sigue el camino que el destino o su búsqueda en la vida le impone, pero el tiempo, el tiempo y otra vez los números siguen allí. El hombre es más o menos pudiente, más o menos inteligente, con mas o menos recursos. Con una familia grande, pequeña, tradicional, ensamblada, como sea, continúa su rutina. En mi caso puedo contar las maratones que corrí, la montañas que subí, a cuanto metros escalé, los kilómetros de trekking que hice.

Pero comenzas a sentirte mal, a tener esos “síntomas” que apuntan a esta enfermedad nueva que cambio el mundo para siempre y ahora comienza a cambiar el tuyo. Vas con temor, pero con cierta certeza que otra vez los números demostraran que sos “positivo Covid”.

Y allí, días de contagio, días de aislamiento, días de medicación, días de evolución o no. Y entras en las estadísticas de un sistema frio, con poco lado humano, con poco conocimiento. Sos uno mas en una lista enorme que atender.

Entonces tu cuerpo empieza a fallar de una manera abrupta, como nunca antes te había pasado: dolores insoportables en todo el cuerpo, fiebres altísimas que no controlan ni 10 baños calientes al día, tos interminable que tu garganta se desgarra sin que puedas hacer nada, y por ultimo; te falta el aire. No podes hablar, no podes dormir y los números vuelven a regir tu vida.

Una persona normal sin enfermedades respiratorias existentes tiene una saturación de Oxigeno en sangre entre 95 y 100, es la saturación de oxígeno de la hemoglobina arterial, por debajo de ese numero, 95, hay riesgo de vida.

No saturas a mas de 95 y te indican que debes concurrir “solo” a internarte, aislado y sin visitas. Miras a tus hijos que entienden que te vas y vos los miras sabiendo que puede ser la última vez, que no hay abrazo o beso de despedida, que quizás no los veas crecer. Miras a tu mujer pensando que fue muy corto el tiempo que pudiste pasar y pocas veces que le dijiste que la querías, y te preparas.

Pero caes en la cuenta de lo que tenes en la mochila y lo que podes llevar: no anillos ni collares, no relojes, no computadoras, quizás me dejen el celular…. en la mochila, un cepillo de dientes y un piyama. Eso es toda tu vida, no casas, no autos, no plata, ni joyas.

Te conectas con tu Dios, y surge la clásica pregunta existencial desde el comienzo; Porqué?

Cada uno evaluará sus respuestas supongo, pero lo cierto es que si debemos prestar atención a los números. Cuantas veces abrazamos, besamos, decimos te quiero, estamos con los seres queridos, Cuanto tiempo vamos a disfrutar eso y no lo efímero del resto de las cosas, de las que nos enojan y alejan. Los segundos que pueden pasar delante de tus ojos y vos pensar que fueron años.

La matemática y los números rigen nuestras vidas, tratemos que sean sumas y multiplicaciones que las restas y divisiones viene solas. Vienen tiempos de brindis, pero después de eso, seguí brindando que estás y tenés lo que realmente necesitas, tus seres cercanos, acordate que al final de cuentas solo podes llevar un piyamas.

Por Adrian Rivera – Profesor Nacional de Educación Física