Durante muchos años, los días 8 de marzo son días especiales aun hoy tenemos que explicarle a la familia, amigas/os, compañeros/as de trabajo que más que un regalo, una flor o un descuento en algún local de ropa “femenina”, lo que buscábamos hacer visible desde el movimiento de mujeres era otra cosa.
La discriminación, la violencia y las injusticias. Era difícil que nos entendieran por qué el 8 era –es – un día de reivindicación de derechos. Era difícil por varios motivos. La cultura patriarcal en la que nos formamos como sociedad nos hizo ver durante siglos como “natural” diferencias que no lo son; nos obligó asignar roles “inamovibles” a varones y mujeres, sin aceptar las diferencias o las preferencias personales.
Quienes que nos atrevíamos a cuestionar estas diferencias éramos catalogadas como “exageradas” o “locas”. La palabra feminismo causaba incomodidad en muchas personas, cuando no rechazo.
Hoy, es distinto. Hoy tenemos una sociedad movilizada, consciente de algo que hoy suena como obviedad que los derechos de las mujeres son derechos humanos. Estamos atravesando un cambio cultural enorme.
Pero todavía en la actualidad tenemos una mujer asesinada cada 26 horas, la pandemia amplifico los problemas que nos aquejaban de violencia y abuso, Pero sin dudas con políticas públicas efectivas y realistas podremos lograr una sociedad más justa e igualitaria y esta lucha la tenemos que realizar mujeres y varones
Sabemos que falta, sabemos que hay un camino por recorrer, pero seguimos dando pasos firmes, en igualdad de género. Bienvenido el cambio, bienvenidas las nuevas iniciativas. Bienvenidos los 8 de marzo reivindicación, sí, pero también de concreción de derechos.
Por Fabiana Tuñez – Titular del Instituto de la mujer 2015/2019 – Cofundadora de Las Julietas