Por Natalia Quiñoa*
Las luchas históricas de las mujeres han sabido conseguir grandes beneficios que nos fueron allanando el camino, y a partir de las 129 operarias que perdieron la vida el 28 de febrero de 1909 en este día las mujeres salen a las calles para renovar estos reclamos y se invita a reflexionar acerca de la necesidad permanente de que se efectivicen y sean ampliados. Sin embargo no podemos dejar de observar que esta conmemoración surgió por motivos sociales pero también políticos.
La vida cotidiana de la mujer actual, la de la realidad, se ve dificultada por la ineficiencia de las políticas, por la inoperancia que está al servicio de los funcionarios de gobierno que, lejos de colaborar al bienestar de la mujer en la sociedad, representan cortinas de humo y medidas hipócritas que no permiten el desarrollo pacífico de la mujer.
Sin ir más lejos, el Ministerio de la Mujer es un claro ejemplo de esta inoperancia política, con un presupuesto subejecutado. Cuando todavía tenemos que debatir la igualdad en materia de sueldos Ofreciendo, a cambio, consultoría jurídica, botones anti pánico o una restricción perimetral, cuando realmente sabemos que son solo paliativos… Pero que no son la solución.
Con absoluta caradurez se ofrecen soluciones que nunca llegan a problemáticas que son de extrema urgencia, como lo es la violencia contra las mujeres cuando las vemos día tras día morir en manos de sus novios, de sus maridos o de terceros.
No debemos dejar que nuestra mirada se centre solo en la historia, porque el presente de las mujeres vulneradas acontece día a día frente a nuestros ojos. No permitamos que la política se apropie de nuestra lucha, los derecho y la igualdad de la mujer son patrimonio de nuestra sociedad.
*Natalia Quiñoa – Concejal San Martín
