Por Constanza Darchez*
Cada 8 de marzo conmemoramos el día de la mujer, y si bien está marcado por un hecho trágico a raíz de la muerte de 129 mujeres, es bueno recordar también a cada una de otras tantas que, a lo largo de la historia, con sus fervientes reclamos pelearon por los derechos individuales de cada una de nosotras.
Es indiscutible que lo que se denomina como feminismo, nace de los movimientos liberales que buscaban igualdad en dignidad ante la ley entre todas las personas. Es por esto que el llamado feminismo liberal actual es un puro complemento de la democracia sin distinción de género; y más aún en este momento de nuestro país donde estamos viviendo un cambio de paradigma en lo político en lo social y lo económico es una bandera que debemos defender.
Convengamos que el mal del feminismo en la Argentina ha sido la izquierda, ya que desde siempre ha ante puesto los interesas políticos por delante de la ética de la libertad.
Es por esto que, como mujer feminista liberal, este día, y desde siempre, me he planteado la verdadera representatividad de los grupos de mujeres que salen a la calle con esta creencia que nos representan a todas
Y a juzgar por lo que veo, estas militantes atropellan con el carácter de lo que pareciera nuevo supremacismo en contra del hombre. Es la defensa de la igualdad hipócrita.
Son las feministas excluyentes que en función de una vara propia nos miden a todas y deciden si calificamos o no como mujer.
Y si bien estoy convencida que es importante abrir una puerta de esperanza a aquellas mujeres que no tienen nuestras suertes, inspirándolas a pelear por sus derechos individuales, no creo que sea necesario para este objetivo catalogarnos a todas como feministas dentro de una lucha que se han inventado, ni tampoco radicalizarnos. Porque, en nuestro país durante años, el kirchnerismo ha utilizado el dolor de la mujer para hacer política berreta. De permanente asistencialismo del papá estado.
Es por eso que desconfió de estos colectivos, los que además asumen que lo bueno se decreta por ley. No es verdad. Se enseña con el ejemplo. Tampoco me gusta la palabra “empoderamiento” porque parte de la idea que a la mujer hay que marcarle una hoja de ruta, decirle que es lo que tiene que hacer. Eso es no dejarla decidir en libertad.
Someter al agravio a aquella mujer que no elige lo mismo que este colectivo no es empoderarla.
Financiar sus “logros” con dinero público tampoco.
Y más perverso aun es cuando se disfraza el dolor de muchas mujeres que sufren en silencio. Que necesitan retomar las riendas de su vida.
Se provechan de esa situación de fragilidad para conseguir redito político y popularidad en redes.
Y en relación a esto último me pregunto: ¿dónde estaban las feministas de izquierda cuando en Chaco 70 mujeres fueron abusadas en nombre de la política social?
Y el gobierno chaqueño kirchnerista cómplice y responsable de sus funcionarios?.
Trata, favores sexuales a cambio de planes sociales.
Kirchnerismo abusivo de la pobreza que ellos mismos generaron durante años, Haciendo la vista gorda de cada entramado y foco de corrupción que se gestaba en cada rincón de la Argentina.
Y estas mujeres ¿en nombre de quienes hablan?
¿De las que pretenden seguir viendo del ala caída del Estado como el único salvador, dependientes de políticas que se manejaron desde un escritorio y marchas absurdas?
Lo único que generaron fueron puestos en el estado en nombre de nadie.
Ellas no me representan. Debemos inculcar a cada mujer la voluntad de elegir sin intermediarios.
Y la verdadera decisión de libertad se inicia dentro del sistema educativo; que lleva tanto a mujeres como hombres de una situación de marginalidad y subordinación, hasta una situación de total autonomía.
Desde mi punto de vista es con educación que se salva a todas por igual.
La educación en la escuela, no en las calles.
La realidad que intento inculcarle a mis hijos sin distinción de género es a no vivir a costa del otro. Quiero enseñarles que vivan a Costa de su esfuerzo de su mérito y siguiendo sus principios basados en el principio máximo que es la educación en libertad
Nuestro género no condiciona nuestro talento ni nuestra capacidad y que la lucha es por la igualdad ante la ley, igualdad de oportunidades y precisamente es el capitalismo quien garantiza esto.
Hoy por lo tanto quiero celebrar a las mujeres valientes, trabajadoras y protagonistas de sus vidas, que no necesitan un trato preferencial o especial para ser competitivas, productivas, emprendedoras, madres, maestras y por sobre todo que son libres de elegir que quieren.
*Constanza Darchez – Concejal Vicente Lopez