8M: Derribando la ceguera de género, para avanzar hacia la corresponsabilidad social

Por Nayla Belmonte*

Han pasado más de 100 años desde que acontecieron los hechos más trascendentes y emblemáticos del movimiento feminista y de esta fecha en particular: mujeres organizadas manifestando, visibilizando a través de la lucha en las calles, la imperiosa necesidad de contar con mejoras salariales, con condiciones laborales dignas, con los mismos derechos laborales a los cuales los varones trabajadores tenían acceso y también con derechos específicos para el género, teniendo en cuenta las necesidades de cada unx.

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Hace más de 100 años que las mujeres nos organizamos, salimos a la calle, y exigimos desde la lucha que la sociedad, el sector privado y el público nos garanticen igualdad y equidad en el ámbito laboral, y nos reconozcan como trabajadoras.

Hoy nos encontramos con un Estado que, a través de acciones concretas y de políticas públicas de promoción de derechos y de prevención de las Violencias Por Razones de Géneros, promueven la transversalizaciòn de la perspectiva de género en todas las esferas del ámbito público. Con la creación de los ministerios de nación y provincia, y de la Dirección de Políticas de Género y Diversidad en Escobar durante la primer Gestión de nuestro intendente Ariel Sujarchuk, queda materializado el reconocimiento pùblico de las desigualdades e inequidades entre varones cis y el resto de la población: infancias, mujeres y LGBTIQNB+.

Sólo hace algunos años atrás hemos podido avanzar en proponerle a la sociedad y al Estado, desde el feminismo, con libertad y sin censura, el desandar el camino del “regalo por ser mujer”, de la rosa, el poema y los bombones. Este 8M el grito de lucha sigue siendo para los actores antes mencionados, pero también es un pedido para toda la ciudadanía, para que cada argentina y argentino comprenda que no es una fecha festiva, que no pretendemos celebrarnos por ser mujeres, mucho menos en este mundo aún tan machista. Necesitamos que el “país sea un puño apretado”, para achicar la brecha salarial, para legitimar las tareas domésticas y reconocer las tareas de cuidado y la carga mental que ellas conllevan, para que las mujeres travestis y trans accedan a trabajos formales; para alcanzar espacios jerárquicos, de poder y toma de decisiones sin menosprecio y subestimación, aun sosteniendo maternidad y lactancia si así lo deseamos.

Necesitamos empoderarnos socialmente desde las decisiones políticas que nos permiten acceder a derechos y, para empezar, necesitamos que conmemoremos este día desde el sentido pleno que sostuvieron aquellos primeros colectivos de mujeres que dieron la vida luchando por nuestros derechos.

* Nayla Belmonte – Directora de Géneros y Diversidades del Municipio de Escobar