La revolución industrial desató un vertiginoso avance tecnológico que cada día se acelera y nos permite la creación de distintos instrumentos que mejoran nuestra calidad y expectativa de vida.
Sin embargo este progreso también nos deja nuevos problemas y conflictos en la sociedad. ¿Es mejor nuestra calidad de vida con los niveles de contaminación del aire que tenemos en estos días? ¿Es mejor nuestra calidad de vida con los millones de toneladas de basura generadas que se entierran, o se incineran e inclusive son desechadas en los océanos? ¿Es mejor la calidad de vida con los residuos industriales, la contaminación del agua y la deforestación?
Los estudios científicos demuestran que si no se toman medidas para paliar la situación de la contaminación mundial para el año 2050 ya no podremos retrotraer las consecuencias del desastre ambiental provocado.
Es una realidad que cada día somos más habitantes y que todos queremos tener una vida más confortable, por lo que debemos discutir cómo haremos para evitar que se vuelva contraproducente.
Debemos comenzar a discutir cómo generar energía más limpia y segura. Una posibilidad es la producción de energía a través de la basura biodegradable. Esta acción ayudaría a la resolución de dos problemas. Existe una experiencia mundial con esto, en Suecia, aunque parezca extraño, importan basura ¡si, basura! Es que requieren mayor cantidad de energía que la que pueden producir con sus propios desechos y por esa razón es que la compran a otros países.
Otro de los puntos es la contaminación del aire, si bien Argentina no incumple los estándares internacionales, eso no implica que no nos tomemos responsablemente las emisiones que se generan, ya que a nivel país no las incumplimos, pero por ejemplo en la Capital Federal si se exceden. Los controles a las empresas y sobre todo al parque automotor deben ser mucho más exhaustivos y restrictivos en cuanto a lo que se les permite hoy en día.
Espacios como el CEAMSE, donde no sólo se entierra cualquier tipo de basura sin discriminación, sino que además está emplazado en medio de una ciudad, con los problemas que esto genera a nivel napas y olores deben ser paulatinamente eliminados y no promovidos como se está haciendo hoy en día desde el Gobierno Nacional.
Es el momento de que las instituciones estatales y privadas, ONG’s ambientalistas, asociaciones de ciudadanos, y cualquier tipo de organización que lo desee se encuentren y comiencen a discutir y planificar a nivel local, provincial, nacional e internacional el futuro de nuestro hábitat.
El crecimiento poblacional es imparable, el progreso es imparable, y con ello una serie de nuevos desafíos, como el desarrollo de infraestructura, el transporte, las viviendas, el uso del suelo, etc. Pero este crecimiento debe ser planificado y no sólo eso, sino debe ser ambientalmente amigable y sostenible, porque llegará el momento en que hacerlo de manera desordenada mirando sólo el valor fiscal de las tierras generará las peores consecuencias para todos los habitantes sin distinción económica ni social.
Juan Martín Crotti – Delegado en Tigre de la Defensoría del pueblo de Buenos Aires