Bajo el grito de NI UNA MENOS nos organizamos de manera transversal, buscamos los puntos en común, dejando siempre que pudimos las diferencias de lado. No estamos dispuestas a perder ni a una más y vamos a dar pelea al machismo que nos mata a diario.
En estos años crecimos, nos volvimos más verdes que nunca, nos prometimos no callar nunca más y estar unidas ante la resistencia a esta ola que viene a cambiarlo todo. Nos organizamos y nos reconocimos.
Estos años con un gobierno indiferente e incapaz de ponerse en nuestros zapatos, sin la decisión de pelear junto a nosotras contra la violencia, nos hicimos más fuertes. Estos años nos movió el dolor, la indignación de saber que no les importamos, pero que juntas nos protegemos.
Todos los espacios son nuestros también y la pelea por ellos nos empodera. Debemos seguir juntas, peleando desde nuestra casa cambiando las dinámicas patriarcales y en los barrios, encontrándonos. Pero también en el mundo laboral, donde siempre somos las más precarizadas; en los medios donde invisibilizan nuestras problemáticas y nos cosifican a su gusto; en la política donde siempre nos necesitan pero nos evitan en las listas y en todos los espacios que nos fueron negados.
Negarnos esos espacios de poder es violentarnos, es rebajarnos y enseñarnos que no lo merecemos, que no es nuestra tarea en esta sociedad. Nos enseñan a pedir permiso, pedir apoyo y consentimiento, cuando ya nos dimos cuenta que juntas nos comemos el mundo, aún cuando tanto les molesta.
Ese apartamiento es el que nos aleja del objetivo de terminar con la violencia, el hecho de que nuestras demandas no lleguen donde deben estar, porque nuestras voces son aún calladas.
Estamos ante la oportunidad de cambiarlo todo, de tomar las riendas y reescribir la historia, esta vez como protagonistas.
Por Micaela Ferraro – Concejala electa – Directora del Observatorio Social Legislativo y Presidenta de Compromiso Urbano con Tigre – Referente Frente Renovador. @MicaFerrarom