27M – Carolina Alo – Carolina, no es justo verte así marchar…

Una muerte anunciada: el “homicidio Simple” de Carolina Aló, carátula de un femicidio que lleva 23 años  impune.

Transcurría el año 1996 cuando Argentina era liderada por el partido Justicialista a cargo del ex presidente y ex convicto Carlos Menem  quien, en ese entonces,  prometía “cambiar la historia” en medio de un contexto de hiperinflación y elecciones anticipadas.

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Lejos de ser un tema de agenda la Violencia de Género se constituía como una característica propia de las desavenencias del orden convivencial que atravesaban los hogares. Cabe recordar que, si bien la ley 24.417 contra la Violencia Familiar había sido sancionada en el año 1994, aún en la conciencia social colectiva no se repensaban los roles de género establecidos desde el nacimiento ni las relaciones de reproducción y pocos se atrevían a traspasar los límites de lo acontecido “puertas para dentro”. El “no te metas” era un slogan que había llegado para quedarse.

Los medios masivos de comunicación continuaban creando referentes del humor, los deportes y la política, referentes que acentuaban las relaciones entre hombres y mujeres organizadas de acuerdo a dos principios: la dominación masculina y la subordinación femenina, focalizado principalmente en la opresión sexual.  No podemos dejar de recordar en este punto las famosas tiras televisivas creadas por  los “capos cómicos” de Olmedo y Porcel hasta “el corte de pollera” en el programa de horario central, con mayor audiencia de raiting,  conducido por Marcelo Tinelli.

Un 27 de Mayo de aquel 1996 un crimen brutal, atribuido por los medios y referentes de la justicia como “pasional”, tocó las puertas de las viviendas argentinas y sacudió los hogares del mundo. A Carolina Aló, de 17 años de edad  la había matado su ex novio, su compañero de colegio,  luego de una relación de pareja de tres años.

Hasta ese entonces no se pensaba en el imaginario social que dicho crimen se basaba, según las palabras de Diana Russel, en “un asesinato de mujeres por hombres motivados por el odio, desprecio, placer o sentido de posesión hacia las mujeres”, definición que alude al concepto de Femicidio. En ese contexto social y político de inicios de la década del ´90, así como desde el sentido común popular, a Carolina la mató su novio a causa de una repentina alteración de la conciencia, causada por sentimientos como los celos, la ira o el desengaño y no era, por tanto, un crimen premeditado.

De hecho, un reconocido diario argentino, dos días después del crimen, tituló la noticia como: “Tiene 20 años y mató a su novia por celos con 113 puñaladas. Sadismo: la pareja iba al mismo colegio en Tigre y estaban de novios desde hace tres años el muchacho había integrado un grupo de skinheads”.

En este marco, del mal enunciado “crimen pasional”, llama poderosamente la atención como, después de dos años, en juicio oral y público los jueces de los Tribunales de San Isidro Fernando Mancini y Margarita Vázquez, en lo que resultó un fallo altamente polémico, no vieron alevosía ni ensañamiento en las 113 puñaladas, descartando la prisión perpetua, y fallaron por homicidio simple.

No podemos dejar de preguntarnos si éste no era un crimen anunciado. ¿Carolina dio alguna señal de que “algo” no andaba bien en su relación con Fabián Tablado? ¿O acaso Tablado mostró  indicadores de que podía llegar a matar a Carolina?

A partir del relevamiento de numerosas noticias periodísticas, muchas de ellas hacia el padre de Carolina, Edgardo Aló, se ha podido observar y recalcar frases tales como: “Hace un año Carolina llegó a casa con el tabique roto. No se animó a contar la verdad y dijo que se había caído. Pero en realidad más tarde supimos que Fabián la había golpeado. Hace diez días llegué a casa y vi cómo él la golpeaba. Yo le pedí a Carolina que lo deje pero ella tenía miedo de romper la relación”.

Por su parte, la madre de Tablado ha expuesto que: “El era muy celoso se peleaba mucho con la chica y con los hermanos. Pero al poco tiempo se amigaban. No puedo explicarme todo esto que pasó…”.  [1]

Todo ello destapa una realidad aún más trágica. Los indicadores de riesgo existían y se encontraban a la luz. No obstante, se mantenían invisibilizados  por una sociedad construida, sostenida y avalada por un sistema heteronormativo y patriarcal que profundizó esa última puñalada en Carolina, terminando con su vida a los 17 años. En este sentido, no fue solo Carolina quien “no se animó a contar la verdad”.

Pasaron 23 años desde que un hijo sano del patriarcado le arrebató la vida a Carolina. Paradojalmente, Fabián Gerardo Tablado volvió a conformar una relación de pareja y hoy es padre de mellizos. “La Lacra”, así llamado por Edgardo Aló,  fue denunciado posteriormente al crimen y por su ex pareja, en dos oportunidades, por Violencia de Género.

Entendemos que aún nos falta mucho camino por recorrer, que nuestra misión como ciudadanxs es continuar deconstruyendo estos sistemas de opresión desde todas las esferas y hacia todos los sistemas y niveles socioculturales que nos conforman como sociedad, la cual debe entenderse como diversa y disidente.

En dos décadas de lucha de las mujeres en las calles y de las agrupaciones feministas por la toma de conciencia, fuimos testigos de avances socioestructurales devenidos de una posición política en clave feminista que no retrocede, no tiene miedo y no se calla frente al avance de exigibilidad de nuestros derechos. Entre ellos, la sanción de una ley de Violencia de Género 26.485, el surgimiento del movimiento “Ni Una Menos”,  la  ley 26.791, que modifica el artículo 80 del Código Penal Argentino incorporándose la figura del femicidio y muchos otros.

Actualmente, Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLa) revelaron en sus estudios que en lo que va del 2019 se conocieron 72 casos de femicidios en todo el país. Es decir, que una mujer es asesinada por la violencia machista cada 30 hs.

Desde nuestra colectiva Tejiendo Feminismos creemos que hoy, 27 de Mayo, no necesitamos recordar este día como el aniversario de la muerte de Carolina, sino como un día para repensarnos como sujetxs que ya no queremos ni elegimos esta humanidad plagada de segregación y formas de exclusión. ¡Queremos una sociedad justa y diversa que brinde igualdad de oportunidad y, sobre todo, libre!

Continuaremos reclamando por la exigibilidad y garantía de nuestros derechos. Queremos visibilizar la violencia de género, cuya expresión máxima son los femicidios, y cuestionar y movilizar esta estructura de poder a través de un reclamo masivo y legítimo que pondera el arte del tejido como vehículo para lograr la articulación entre todes.

A Carolina la vamos a llevar como símbolo de lucha en nuestra bandera, haciendo honor a su nombre que hace referencia a la fortaleza, siendo que el significado del nombre Carolina es ni más ni menos que “Mujer Fuerte”.

Por Daniela Zapata y Victoria Zapata
tejiendofeminismos@gmail.com

[1] https://www.infobae.com/sociedad/policiales/2018/05/27/a-22-anos-de-femicidio-de-carolina-alo-las-cartas-antes-de-la-tragedia-y-la-lucha-de-un-padre-que-jura-ser-la-sombra-del-asesino-de-las-113-punaladas/