25 De Mayo, de la Revolución al (NO) pacto

Por Federico Ugo*

Un 24 de mayo de hace 214 años, se llenó la plaza de Mayo por primera vez en la historia. El pueblo de la época reclamaba la renuncia del Virrey Cisneros que nos gobernaba en nombre de España. La situación estaba muy tensa, Cisneros y algunos leales a España intentaban ganar tiempo, pero los patriotas de entonces decidieron precipitar los acontecimientos.

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Tan decididos estaban los patriotas que ese mismo 24, el joven mayor del regimiento de Patricios, Manuel Belgrano arengó en la asamblea: “¡Juro a la patria y a mis compañeros que si a las tres de la tarde del día inmediato el virrey (Cisneros) no hubiese sido derrocado; a fe de caballero, yo lo derribaré con mis armas!” “¡Juro a la patria y a mis compañeros que si a las tres de la tarde del día de mañana el virrey no ha renunciado, lo arrojaremos por las ventanas de la fortaleza!”.

El 25, con el acta de creación primer gobierno patrio, se iniciaba así el proceso revolucionario en la Argentina que desembocaría en la declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816.

De esa Libertad e Independencia forjada por nuestros primeros patriotas, a la libertad que hoy propone Miei con un (no)pacto, no solo existe una distancia histórica, también existe una clara distancia ideológica y conceptual, una gran diferencia cualitativa: El proceso que se inició hace 214 años tenía como objetivo construir un país con Soberanía e Independencia para forjar libremente su desarrollo.

En cambio el proceso que pretende iniciar Milei desde su gobierno, con el Decreto 70, el proyecto de Ley Bases y el fracasado pacto de mayo, busca someter al país y a nuestro pueblo para transferir la libertad, la soberanía y la independencia a los grandes capitales globales para que puedan especular y explotar sin condiciones a las y los trabajadores de la Argentina y su riqueza.

Mientras Bernardo de Monteagudo expresaba: Ciudadanos, he aquí la época de la salud: el orden inevitable de los sucesos os ha puesto en disposición de ser libres si queréis serlo: en vuestra mano está abrogar el decreto de vuestra esclavitud y sancionar vuestra independencia. Sostener con energía la majestad del pueblo, fomentar la ilustración; tales deben ser los objetos de esta sociedad patriótica, que sin duda hará época en nuestros anales, si, como yo lo espero, fija en ellos los esfuerzos de su celo y amor público. 

En marzo de este año cuando el presidente Milei iniciaba la a asamblea de la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso y con una propuesta para convocar a un pacto de Mayo con 10 puntos:

• 1 La inviolabilidad de la propiedad privada.

• 2 El equilibrio fiscal innegociable.

• 3 La reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25% del Producto Bruto Interno.

• 4 Una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio.

• 5 La rediscusión (sic) de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual.

• 6 Un compromiso de las provincias de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país.

• 7 Una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal.

• 8 Una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema, respete a quienes aportaron y permita, a quienes prefieran, suscribirse a un sistema privado de jubilación.

• 9 Una reforma política estructural que modifique el sistema actual y vuelva a alinear los intereses de los representantes y los representados.

• 10 La apertura al comercio internacional, de manera que la Argentina vuelva a ser una protagonista del mercado global.

En ese momento muchas y muchos argentinos tenían la esperanza de qué el gobierno podía mejorar la realidad de nuestro país

Pero en esta propuesta de pacto lo único que hacía Milei era ofrecer firmar la entrega de los derechos de las y los trabajadores y de la soberanía e independencia económica de la Nación.

Muchos dijimos en ese momento que los 10 puntos nos recordaban a lo que hace 30 años se conocía como el consenso de Washington, también una especie de pacto que proponía los Estados Unidos a los países de América Latina, un pacto en donde aceptábamos las condiciones de sometimiento político y económico de la primer potencia del mundo sobre todas los demás naciones de América Latina.

De marzo hasta hoy han pasado solamente tres meses durante los cuales el presidente Milei impulsó el decreto de necesidad y urgencia número 70, un proyecto de ley de bases que presentó como la mayor transformación estructural de la historia argentina que hasta el día de hoy no ha podido ser aprobada en el congreso de La Nación.

Pretendiendo esconder o modificar los orígenes y fundamentes de la historia de nuestra Patria, este gobierno busca imponer un pacto donde se someta a la mayoría de las familias argentinas. Los diez puntos que propuso firmar Milei encierran consecuencias que ya se empiezan a ver y se profundizaran si los gobernadores y fuerzas políticas deciden someterse. Los verdaderos puntos de Milei son:

1 Creciente despidos de trabajadores registrados,

2 Pérdida del poder adquisitivo de más de 20 millones de trabajadores en toda la Argentina,

3 Caída abrupta del consumo

4 Cierre de comercios y pymes,

5 Freno de la actividad económica industrial,

6 Apertura de las importaciones,

7 Desfinanciamiento de programas sociales

8 Suspensión de la entrega de alimentos a las familias más vulnerables,

9 Freno de la obra pública que mejora la calidad de vida,

10 Licuación de las jubilaciones.

De la periferia al centro y de arriba hacia abajo, el pueblo viene resistiendo y dando luchas sectoriales que se irán acercando con cada vez más fuerza hacia la Plaza de Mayo para un nuevo proceso que le ponga freno a este gobierno y vuelva a generar condiciones transformadoras a favor de las mayorías.

No podemos hacer futurismo, ni saber cómo ni cuándo, pero sin dudas surgirá de este proceso actual de defensa de los derechos del Pueblo y de la soberanía e independencia de la Nación, los próximos Mariano Moreno, Juan José Paso, Manuel Alberti, Miguel Azcuénaga, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Juan Larrea y Domingo Matheu, y otros y otras patriotas ya se están forjando en este difícil presente.

*Federico Ugo –  Subsecretario de Economía Popular de la Provincia de Buenos Aires  – Referente del Movimiento Evita