20 de junio: Levantá tu bandera bien alto

Desde que tengo uso de razón, y un celular en el bolsillo, le saco fotos a las banderas que encuentro mientras voy caminando por la calle.

Esas que flamean en mástiles, adornan balcones, invitan a pasar a un restaurante o te hacen sentir en casa cuando estás lejos. Colgadas en ventanas de casas prominentes o sosteniendo la pared de casas sin ventanas, ella está firme y radiante.

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La bandera argentina siempre me llamó la atención al punto de hipnotizarme.

Cuando la miro veo revolución, veo lucha, veo esfuerzo, trabajo, pasión y sobre todo imagino vecinos organizados queriendo abrirse paso, sentirse parte, identificarse, encontrarse, abrazarse bajo ideales de libertad y soberanía.

Imagino lo que debieron sentir aquellos soldados en la Batalla de Salta en 1813 al ver flamear por primera vez nuestra bandera en pleno campo de guerra, envalentonados buscando vencer al Ejército Realista y obnubilados por un Manuel Belgrano vencedor, conciliador, líder y convencido del camino que tomaba hacia la revolución.

Entendiendo siempre que un pueblo culto no puede ser esclavizado y que fundar escuelas es sembrar en las almases que Belgrano comenzó a izar sus banderas y contagiar su seguridad en el camino elegido y su entusiasmo genuino por el mejoramiento de la Patria.

Hoy, a 201 años de su muerte, me sigo preguntando cuáles son nuestras banderas como dirigentes políticos. ¿Por qué luchamos? ¿Qué banderas levantamos todos los días?¿Cuáles nos representan y cuáles debemos crear, sostener o repensar?.

Sin dudas la educación es una de las banderas que flamea sin cesar desde la creación de ConVocación por San Isidro, siendo la base fundamental de la democracia, la libertad y la construcción de presente y futuro.

La bandera de la integración social basada en la creación de oportunidades es una de las que agito con más fuerza para demostrar que no todos nacemos iguales, pero que trabajando en conjunto podemos potenciarnos y entender que no se trata de igualar las oportunidades sino de velar porque a nadie le falte la oportunidad de comer, estudiar, crecer en un ambiente sano y decidir cómo vivir.

Banderas de aliento que fomenten el emprendedurismo, acompañen a cada vecino y vecina en lo que desarrollen, motiven a los jóvenes a participar en la construcción de una ciudad mejor, incluyan a cada ciudadano y velen por el cuidado del ambiente son las que levanto todos los días buscando la revolución de un Municipio como San Isidro que sigue viviendo en la época feudal.

Hoy más que nunca te invito a preguntarte cuáles son tus banderas y cuando las encuentres izalas con orgullo, colgátelas en la espalda, en el pecho, en el corazón… compartilas, festejalas, cantá las causas en voz alta y hacé lo que sea necesario para contagiar cada día a más personas que busquen el bien para el pueblo y se emocionen agitando una bandera argentina.

Por Catalina Riganti – Concejal San Isidro ConVocacion