Por Javier Rehl
Hoy, como cada 17 de noviembre, el corazón del peronismo late con una fuerza especial. No es solo una fecha en el calendario; es una cicatriz en la memoria colectiva y un faro que ilumina la identidad de un movimiento. Conmemoramos el Día de la Militancia Peronista, recordando aquel 17 de noviembre de 1972, cuando después de casi 18 años de proscripción, persecución y exilio, el General Juan Domingo Perón pisaba nuevamente suelo argentino. El “Luche y Vuelve” se hacía realidad.
Fueron casi dos décadas de resistencia, de lucha silenciosa y bullanguera, de sindicatos, paros, miguelitos, caños, unidades básicas, militantes y un pueblo entero que, contra viento y marea, mantuvo viva la llama de la esperanza. Ese período no fue de simple espera, sino de constante construcción. Fue la prueba de fuego que demostró que el peronismo era, y es, más que un líder: es una causa encarnada en el sentir del pueblo. El espíritu de aquellos años se resume en compromiso, perseverancia y una lealtad inquebrantable a la idea de una Argentina justa, libre y soberana.
La alegría de ese reencuentro, ese abrazo masivo entre el líder y su pueblo, fue sintetizada por el propio Perón en una frase que hoy resuena con potencia: “El regreso a la Patria, después de tantos años de ausencia forzosa, está rodeado de alegría y esperanza.” Esa alegría no era individual, era colectiva. Era la certeza de que el pueblo, unido, jamás sería vencido.
El espíritu de aquel 17 de noviembre debe ser hoy más que un recuerdo; debe ser un manual de acción. La misma tenacidad que demostró el pueblo para traer a su líder de vuelta, es la que se necesita hoy para defender los derechos conquistados y forjar una nueva mayoría.
En estos tiempos de incertidumbre, la enseñanza es clara: la vuelta de Perón no fue un regalo del destino, fue una conquista de la militancia. El camino para que el peronismo vuelva a ser la esperanza de toda la sociedad comienza recordando esa lección fundamental: la única manera de volver a ganar, es no rendirse nunca ni claudicar de nuestra historia.









